Israel está inmerso en una crisis diplomática por el ataque en aguas internacionales contra una flotilla que transportaba ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza
La acción ha provocado una ola de condena por parte de los gobiernos occidentales, los miembros del Parlamento Europeo y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas. Una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, cuya bandera ondeaba en varios de los buques, dice que "Israel tendrá que lidiar con las consecuencias de su conducta"; sin embargo, algunos expresan dudas de que esto ocurra por la tradicional actitud israelí de desafiar las normas internacionales. Las autoridades israelíes se defienden alegando que las intenciones de la flotilla eran ilegales y que desoyeron las advertencias hechas de "forma pacífica" por parte del ejército. Sin embargo hay más de diez cooperantes internacionales asesinados por Israel. Israel insiste en que los barcos transportaban armas y que los soldados israelíes fueron atacados por miembros del convoy (todos ellos civiles). Los que acusan de tener vínculos con Hamas y Al Qaeda.
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