México asume este martes la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en un momento marcado por tres crisis internacionales que amenazan la estabilidad regional en Asia y Medio Oriente:
El ataque armado de soldados de Israel a una flotilla de barcos con ayuda humanitaria hacia Gaza; el conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur, así como la negativa de Irán a acatar resoluciones internacionales sobre su programa nuclear.
Un escenario crítico donde México confía en que podrá influir en la solución de los conflictos, explica el embajador Claude Heller, representante permanente de ese país ante la ONU.
La tarea no será fácil. "En casos de graves crisis internacionales es complicado por los distintos intereses de los países miembros", dice en conversación con BBC Mundo.
Como presidente del Consejo de Seguridad, a México le corresponde promover una posición común de sus integrantes, incluidos los miembros permanentes con derecho a vetar las resoluciones.
La presidencia mexicana en este organismo es sólo durante el mes de junio.
Expectativas
En casos de graves crisis internacionales es complicado por los distintos intereses de los países miembros
Claude Heller, representante de México ante la ONU
Más allá de las intenciones, Heller reconoce que la participación mexicana en la solución de los conflictos dependerá de la evolución que tengan en las próximas semanas.
Es el caso de la península coreana. El 26 de marzo embarcaciones de Corea del Norte hundieron un buque militar del país vecino, lo que provocó la muerte de 46 marinos.
El incidente causó una crisis política y amenazas de guerra entre ambos países. El tema es sensible porque no hay un acuerdo de paz firmado, sólo un armisticio que permitió el cese de las hostilidades.
A pesar de la gravedad del conflicto actual, ninguna de las partes ha solicitado la intervención del Consejo, lo cual podría ocurrir en cualquier momento sobre todo por parte de Corea del Sur, señala Heller.
Otra situación compleja es la crisis por el ataque armado de Israel a una flotilla humanitaria, acción que ha sido severamente cuestionada por varios integrantes del órgano de seguridad de la ONU.
"Nuestra participación siempre ha sido constructiva, buscando con respeto a los principios fundamentales del derecho internacional acuerdos que representen un avance", dice Heller.
Agenda llena
Pero además de las crisis actuales, México debe coordinar los trabajos para desahogar la agenda del Consejo, la cual fue definida desde hace varios meses.
Entre los temas previstos se encuentra, por ejemplo, la renovación del mandato de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, así como de la misión de paz entre Israel y Siria.
El 14 de junio está programado un debate sobre Sudán, país que enfrenta un proceso de división territorial. La provincia de Darfur, al sur, pretende separarse del resto del país.
En Sudán murieron más de 400.000 personas durante un conflicto étnico.
México también preside el grupo de trabajo sobre los niños y conflictos armados. En junio habrá un debate sobre el tema.
Los miembros
México fue elegido miembro no permanente del Consejo de Seguridad en 2009, y su período termina en diciembre de 2010. Junto con Brasil, es el único país latinoamericano en ese órgano de la ONU.
Los representantes permanentes son Rusia, Estados Unidos, Francia, China e Inglaterra. Otras 10 naciones se eligen para un mandato de dos años.
Cada uno de ellos asume la presidencia del Consejo durante un mes.
Esta no es la primera ocasión en que México preside el órgano de seguridad, pues en abril pasado tuvo este encargo. Una misión que ya había desempeñado en otras siete ocasiones anteriores.
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