miércoles, 11 de enero de 2012

Umberto Eco, una puta adolescente y una teoría interpretativa

EL FILÓSOFO SE ESCUDA EN SU TEORÍA INTERPRETATIVA

Umberto Eco es detenido junto a una prostituta

El célebre escritor y filósofo italiano, Umberto Eco, fue detenido ayer en Roma después de que la policía le encontrara practicando sexo en su coche con una prostituta menor de edad. Según informan fuentes policiales, la primera reacción del célebre filósofo fue confusa: “piensen lo que quieran: tienen un hombre de avanzada edad, una adolescente y el miembro del primero dentro de la boca de la segunda. Toda interpretación es posible dados los hechos.” Los policías, dos jóvenes napolitanos, entendiendo que Umberto Eco les estaba insultando le sacaron con violencia del coche y le tumbaron en el suelo. Pocos minutos después, Eco ingresaba en una comisaría cercana.

Umberto Eco se interpreta a sí mismo.

Umberto Eco se interpreta a sí mismo.

Según indican estas mismas fuentes policiales, el filósofo italiano pasó toda la noche tratando de negociar con sus captores. Les explicó de forma confusa su visión sobre los límites de la interpretación y cómo ésta había confundido a los policías que lo habían detenido. Después de más de dos horas de lecciones magistrales, el cuerpo de policías había tomado conciencia del peligro de la interpretación parcial y de cómo la sobreinterpretación no contamina únicamente el mensaje, sino también al propio emisor. Pese a sus esfuerzos, uno de los policías logró serenar a los demás (que estaban ya dispuestos a liberar al filósofo) y les recordó que “una mamada no es interpretable, o te la hacen o no te la hacen”.

El abogado de Umberto Eco se muestra receloso ante las posibles consecuencias penales de la detención. “[Umberto Eco] es bastante conocido entre los miembros del sistema judicial. No es la primera vez que le detienen y le acaban soltando alegando sobreinterpretación por parte de la policía. Esperemos que entiendan de nuevo lo ambiguo de la situación y lo difícil que es interpretar qué significa un pene en la boca de una señorita. Poner límites a la interpretación es como poner puertas al campo”. Mientras, el nombre de Umberto Eco sigue salpicado con otra polémica que, si se interpreta al margen de sus propias teorías, le puede salir muy cara.

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