Mi mujer se me enfermó
del corazón en La Habana.
Y el médico ena mañana
vino y la reconoció.
El vestido le quitó
bloomer también y el refajo
pero al ver yo aquel relajo
dije: eso no me conviene
creo que mi mujer no tiene
el corazón tan abajo.
del corazón en La Habana.
Y el médico ena mañana
vino y la reconoció.
El vestido le quitó
bloomer también y el refajo
pero al ver yo aquel relajo
dije: eso no me conviene
creo que mi mujer no tiene
el corazón tan abajo.
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